Growth Hacking: crecer sin recursos

A excepción de aquellas que se inician con el soporte de “Business Angels”, los primeros pasos de una start up suelen caracterizarse por la escasez de recursos.

Un nuevo proyecto empresarial suele tener mucho más de ilusión y ganas que de financiación, por lo que afrontar sus primeras etapas de vida se hace, por regla general, bastante complicado, ya que la escasez de medios limita enormemente su margen de maniobra.

En ese estado de cosas no es extraño que los llamados “Growth hackers” hayan comenzado a posicionarse como uno de los perfiles profesionales más atractivos de cara al futuro.

Pero, ¿Qué es exactamente un Growth hacker?

Se trata, en pocas palabras, de una persona enfocada a conseguir el crecimiento de la empresa empleando un mínimo de recursos financieros, a través de la aplicación de toda una serie de técnicas novedosas que permiten obtener un mayor impacto.

Nuevos productos, nuevos planteamientos

En palabras simples, el growth hacking no es, ni más ni menos, que tratar de conseguir grandes resultados con poco presupuesto. Lo de que la necesidad aguza el ingenio aplicado al terreno

empresarial, vaya.

El cómo ha llegado esto a transformarse en un perfil profesional es bastante más complejo, y tiene que ver con la aparición de productos intangibles.

Hasta hace pocos años hablar de un producto era hacerlo de un producto físico, pero la revolución digital acabó con este paradigma.

Hoy en día existen multitud de productos que no pueden tocarse y a los que percibimos un valor, y en esto el Growth hacking ha tenido mucho que ver.

Tanto es así que empresas que hoy consideramos consolidadas, como Dropbox, se han servido de estas técnicas para introducirse en el mercado.

Una vez detectado que el producto a lanzar puede tener demanda, se pone en marcha todo un proceso que permite maximizar resultados con una inversión mínima. El proceso puede

resumirse en los siguientes puntos:

 

  1. Ideas: el growth hacker ha de tener la suficiente creatividad como para pensar de una manera alternativa. Cuando se piensa en términos de promoción hay una serie de caminos marcados. Pues bien, aplicando este tipo de técnicas, lo primero que hay que hacer es ignorarlos. Replantearlo todo desde el principio, y buscar la manera de presentarlo de forma atractiva sin recurrir a las fórmulas ya establecidas.
  2. Establecer prioridades: si el producto tiene alguna debilidad hay que corregirla de inmediato, potenciar sus fortalezas y establecer desde un principio el modelo de negocio. Crecer primero y pensar después no es una opción, de nada sirve llegar a un público amplio si no se tiene una idea clara de cómo rentabilizar esa audiencia.
  3. Probar, probar y probar: o dicho de otro modo, convertir lo que a priori parece un handicap en una ventaja. Al no disponerse de presupuesto, la alternativa es poner en marcha un rango muy amplio de iniciativas, y obtener un conocimiento de lo que funciona y no funciona casi a coste cero. Los errores no tienen mayor trascendencia, puesto que no acarrean consecuencias para la cuenta de resultados.
  4. Medir y analizar: uno de los puntos fuertes de un growth hacker ha de ser la analítica. Debe ser capaz de medir todas esas acciones y extraer conclusiones de esas métricas de manera que sea capaz de entender qué acciones nos acercan al objetivo y cuáles no tienen utilidad.
  5. Optimizar: Potenciar todas aquellas acciones que ofrecen resultado y descartar aquellas que no, en un proceso permanente de prueba y error que cada vez resulte más preciso. Cómo crece una empresa mediante el growth hacking.

 

Es importante, si se usan técnicas de growth hacking, ser realista en las expectativas. La curva de crecimiento de la empresa no va a resultar espectacular a corto plazo, pero puede esperarse una tendencia al alza consistente que en el medio plazo ya ofrezca cifras más que interesantes.

La estrategia se basa en realizar un volumen elevado de pequeñas acciones que producen pequeños crecimientos, y de cuyo acumulado se obtienen los resultados apetecidos. En algunos casos es posible que alguna acción se haga viral y el proceso se acelere, pero ni es algo que ocurra siempre ni es inteligente esperarlo.

Probar. Medir. Analizar. Repetir una y otra vez con acciones diferentes. Y además llevar este proceso casi hasta un punto obsesivo.

¿Generan más engagement los posts de 300 palabras o los de 500? ¿En qué franjas horarias el contenido tiene mayor repercusión? ¿En qué dispositivos se visualiza cada contenido?

A través de este tipo de estudios la empresa se va haciendo más y más eficiente en su comunicación y alcanzando a un mayor número de personas.

Pero el Growth hacking no se limita a mejorar el proceso de captación de audiencia. También se perfecciona al máximo el embudo de ventas para conseguir que un porcentaje cada vez mayor de esa audiencia se convierta en clientes, logrando de este modo que dicho crecimiento se traduzca en rentabilidad.

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